¿Por qué los hombres somos poco sensibles?. Una idea aceptada por la sociedad es que, en general, los hombres somos poco sensibles y no expresamos los sentimientos. Parecería que los hombres somos así, que nacimos así.
¿Por qué los hombres somos poco sensibles?
¿Los hombres somos poco sensibles?

Los hombres somos sensibles
Mirando a un bebé recién nacido no podemos diferenciar por su expresión emocional si es niño o niña. Ni siquiera los niños de 3 o 4 años se diferencian mucho de las niñas; están expresando todo el tiempo sentimientos y son sensibles a lo que ocurre a su alrededor. Se emocionan con las cosas que les pasan; son sensibles. Aunque podamos encontrar muchas diferencias individuales, los hombres nacemos sensibles.
¿Por qué dejamos de serlo?
Los hombres dejamos de ser sensibles por la educación que recibimos. Es la forma de educar a los niños, y de manera más amplia la socialización de género, la que va marcando las diferencias y haciendo que nos definamos como hombres.

La Socialización de Género en la educación de los hombres
Los niños aprenden a relacionarse a través de sus vínculos con los adultos. Desde antes del nacimiento, los niños dependen de sus padres para sobrevivir. Los padres son la primera vinculación y la más importante porque la supervivencia depende de ellos. La relación del niño con sus padres condicionará significativamente su manera de ser y estar en el mundo.
La educación consiste en ir enseñando a los hijos lo que tienen que hacer para sobrevivir en la sociedad. La reacción emocional de los padres ante lo que vive el niño es la manera de decirle cómo esperamos que sea.
Cuando un niño llora los padres reaccionan de diferentes maneras, y todas ellas le están diciendo al niño lo que queremos que haga, que sienta, que diga;…Esa reacción de los padres es la clave.
Si procuran que el niño aprenda a no llorar, a ser fuerte, duro y valiente ante las adversidades, estarán estimulando que sea poco sensible. Los padres que toman el control rápidamente y reconducen las expresiones emocionales de vulnerabilidad como si fueran un problema, no dejan que el niño pueda sentirlas ni aprender a vivirlas a su manera. No le permiten sentirse vulnerable.
En cambio, si los padres permanecen disponibles ante las necesidades emocionales del niño, se están abriendo a la sensibilidad. La sensibilidad es sentir el cuerpo en mi relación con el mundo. Cuando el niño expresa vulnerabilidad está diciendo que siente algo, y los padres se pueden interesar por su vivencia, por su mundo interior, y sentir con él. En definitiva, ser sensibles con el niño. Cuando le quitamos las ideas de la cabeza para que sienta otra cosa, no estamos siendo sensibles ni tolerando su vulnerabilidad.
Los hombres somos igual de vulnerables
que las mujeres
que las mujeres
Por lo tanto, no es verdad que los hombres seamos poco sensibles. Sería más acertado decir que nos han educado para que seamos así. Hemos aprendido a ser poco sensibles para poder ser fuertes, duros y valientes. Hemos aprendido a no tolerar la vulnerabilidad desconectándonos de ella, pero la vulnerabilidad existe. Los hombres somos igual de vulnerables que las mujeres.