Psicoterapia para el TOC ¿En qué consiste?

El TOC es la abreviatura de Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Nosotros nos vamos a referir al TOC como fenómeno psicológico de obsesión y compulsión pero no como trastorno.

Se considera que una persona tiene un TOC cuando siente unas ganas irrefrenables de dar una determinada respuesta ante un estímulo concreto y además, no puede dejar de hacerlo. Un ejemplo sería la necesidad de lavarse las manos una y otra vez ante la posibilidad de haberse contaminado.

El estímulo es algo que está en el mundo y puede ser, sobre todo, de dos tipos:

• Un objeto como manchas, suciedad, sonidos, colores…
• Un concepto como desorden, secuencias regulares o irregulares, alineación de objetos, contagio…

La aparición del estímulo de forma natural supone una amenaza para el equilibrio de la persona en algún sentido. El contacto con manchas puede provocar el miedo a una contaminación peligrosa. El estímulo es capaz de desencadenar todo un flujo de pensamientos hipotéticos (obsesión) cuya función es valorar todas las posibles amenazas asociadas al estímulo. Las amenazas detectadas provocan una pérdida del equilibrio en la persona.

En el ejemplo de lavarse las manos, la obsesión vendría al pensar en todos los posibles contagios que se pueden dar por esa vía una vez que he tocado algo con las manos; existe riesgo y se generaría un desequilibrio.

Una vez desencadenado el flujo de pensamientos hipotéticos (obsesión), lo poco probable se ha vuelto posible, y lo posible necesita ser controlado para acabar con la amenaza.

La respuesta (compulsión) es totalmente personal, y para otras personas puede no tener apenas conexión con el supuesto efecto del estímulo. En cambio, la persona con TOC cree que sí hay conexión, y necesita controlarlo de manera urgente (compulsión). La respuesta neutraliza el temido efecto del estímulo pero puede volver a iniciar todo el proceso al dejarse un fleco suelto.

En el ejemplo anterior, al lavarme las manos neutralizo la amenaza pero solo hasta que toco otra cosa.

Todas las personas podemos tener obsesiones y compulsiones. Son mecanismos psicológicos que cumplen una función de autoprotección en ese momento, porque cubren la necesidad emocional de darnos seguridad.

Las obsesiones están detrás de muchos procesos de aprendizaje. Muchas podemos recordar el haber soñado que jugábamos al Tetris, durante una etapa aprendizaje de ese juego. También puede ocurrirnos que intentando dormirnos, no podamos hacerlo porque pensamos en un problema de manera recurrente, calculando sus posibles consecuencias una y otra vez, entrando en círculos que no tienen fin.

Las compulsiones también son frecuentes porque forman parte del mecanismo de automatización de cualquier aprendizaje. Cuando vemos algo sucio en la cocina, es habitual sentir la necesidad de limpiarlo. Por lo tanto, las obsesiones y las compulsiones no son un problema en sí mismas que haya que evitar. Podemos convivir con ellas sin darle más importancia.

Siguiendo con el ejemplo de lavarse las manos, la mayoría podemos sentir la necesidad de volver a lavarnos las manos si nos encontramos en un hospital, y empezamos a pensar en cuantas personas habrán tocado la puerta del baño antes que nosotras.

Se considera que una persona tiene un TOC cuando lo vive como un problema. Es fácil que una persona con TOC encadene un proceso con otro, de manera que su tiempo  y su energía queden comprometidas por estas cadenas sin fin de equilibrio-desequilibrio, estímulo-respuesta, peligro-control del peligro. Suelen vivir con Ansiedad o incluso Depresión cuando se sienten incapaces de dejar de hacerlo. Esta es la razón por la que muchas personas sienten la necesidad de pedir ayuda. Además, no suelen ser bien toleradas por los demás y puede llevar a la persona a aislarse para ocultarlo.

El tratamiento con psicofármacos anti-depresivos es el más habitual. El problema es que, además de tener efectos secundarios, no permiten a la persona aprender a vivir de otra manera y cuando se deja de tomar la medicación, vuelve el problema.

En Mardesendas Psicoterapia partimos de la idea de que la persona con TOC está sana; no tiene una enfermedad. El TOC es una rutina adquirida, un hábito. Ha aprendido a funcionar de una manera que fue útil en algún momento de su vida pero ahora ya no le permite vivir con tranquilidad.

La persona siente las Obsesiones y Compulsiones como una urgencia que necesita ser atendida inmediatamente, ocupando una buena parte de su tiempo en controlar los posibles peligros para poder recuperar su equilibrio. Tienen a la persona absorbida y no dejan mucho sitio para pensar en otras cosas, para sentir otras emociones o para hacer cosas diferentes.

Es frecuente que éste hábito se haya adquirido en la infancia, cuando sí que tuvo su sentido como mecanismo de supervivencia. En el pasado pudo servirle para no cometer errores; pero también para distraer su mente, para dejar de sentir algo que estuviera ocurriendo y que le generara demasiado sufrimiento para poder tolerarlo. Es habitual que los rituales obsesivo-compulsivos aparezcan con más intensidad ante los cambios que implican incertidumbre como la Adolescencia, el paso a la edad adulta, pérdidas afectivas y duelos,…

Psicoterapia para el TOC ¿En qué consiste?

La Psicoterapia para el TOC le ayudará a descubrir por qué necesitó tener tanto control sobre las amenazas en aquel momento de su vida, y qué función sigue cumpliendo el TOC en su vida actual. En la medida en que respondamos a éstas preguntas, va a poder empezar a trabajar en Psicoterapia las razones que le llevan a repetir la cadena del TOC.

Psicoterapia para el TOC ¿En qué consiste?. Elaboración y © de MardeSendas Psicoterapia